La principal diferencia entre los proyectores láser y los tradicionales, es la fuente de luz.
Al usar un láser en lugar de una lámpara halógena, la duración en operación es muchísimo más alta, la atenuación de luminosidad menor, y el consumo eléctrico menor.
Los costes de mantenimiento se reducen, al no ser necesario cambiar la lámpara por desgaste, que es un consumible bastante caro.
Al no emitir tanto calor, también son más silenciosos (los domésticos) al no tener que llevar tanta refrigeración.
Además, en el high end, el láser permite una precisión nanométrica en cuando a la longitud de onda, lo que lo convierte en el sistema de proyección ideal para 3D usando el sistema infitec (licenciado por Dolby y llamado Dolby 3D), un sistema pasivo basado en filtros de color.
Más información sobre este sistema 3D en la web cine3D.com